La física cuántica es la ciencia que estudia los fenómenos de la naturaleza a escala diminuta. Lo que hace, entonces, es medir, observar y analizar los sistemas atómicos y subatómicos. Esta teoría permite experimentar con la energía a partir de probabilidades estadísticas y abre los espacios para un sinfín de posibles avances en diferentes campos. En este artículo abordaré la increíble relación entre Borges y la física cuántica.
Borges y la física cuántica
Jorge Luis Borges, al parecer, desarrolló sin saberlo un estudio literario científico. Aunque no es casualidad y se sabe que en los textos de Borges se encuentran muchos indicios de ciencia, esto es de interés particular. En especial, para el autor Alberto Rojo, quien ha escrito un ensayo llamado Borges y la física cuántica.
El autor cuenta que, durante sus ratos de estudio, se encontró leyendo un libro de física del científico Charles Kittel. Un problema proponía calcular cuál era la probabilidad de que un mono escribiera «Hamlet». Esto le pareció curioso, ya que Borges lo menciona. Pero lo más curioso es que el mismo Kittel, en un pie de página, aconseja: «Para un estudio literario científico, leer La biblioteca de Babel, de Jorge Luis Borges». Cosa que a Rojo le resultó muy extraña, puesto que hablamos de Borges como escritor, poeta e incluso filósofo, pero pocas veces como científico.
En una entrevista realizada hace algunos años, Alberto Rojo señalaba también que en el cuento El jardín de senderos que se bifurcan, publicado en su primera versión en lengua inglesa, existe una especie de profecía o anticipo de la teoría de la física cuántica. El ensayista, entonces, se pregunta: ¿Será posible que el estadounidense Hugh Everett, autor de la teoría cuántica, haya leído este cuento antes publicar su teoría? Algo que probablemente nunca quedará claro, pero que, sin duda, despierta gran curiosidad para los amantes de la literatura y la ciencia.
Si te interesa el tema, aquí te dejo el enlace a la charla Borges y la física cuántica, de Alberto Rojo.
De ficciones y de teorías
Intuir ciertos avances científicos o el desarrollo de tecnologías, inclusive el comportamiento de algunas comunidades y de la sociedad en general, requiere de suficiente inteligencia y consciencia cultural. En estas lides, nadie mejor que nuestro amigo Borges para adentrarnos en el gran pasaje de la fantasía a la teoría científica.
Aquellos que tienen el don de la poesía, las letras o el rigor de la filosofía son sujetos capaces de convertir las ideas referentes a algún asunto en un escrito de ficción bien trabajado y capaz de funcionar, en científicos e investigadores, como germen inspirador de búsqueda hacia otros mundos o conceptos.
Cuando un escritor presenta estas características, posee una especie de radar valiosísimo sobre el que gira toda la matriz de conocimientos que determinan el mundo en su momento. Así como sucedió con Julio Verne y sus modelos de submarinos y exploraciones terrestres o espaciales y con Borges a través de muchos de sus textos, sucederá también con muchos otros autores, siempre y cuando la esencia de la imaginación y la creatividad literaria siga viva como fuego en nuestros corazones.
Hablando como docente, es tarea nuestra vincular las artes y las ciencias. En mi caso particular como profesora de secundaria, es parte de mi misión presentarles a los jóvenes estas ideas para que comprendan que ambos caminos están ligados y llevan hacia todo un universo de avances maravillosos que podrían contribuir a la creación de un mundo mejor.
Ahora, ya en mi rol de redactora profesional, nada me encantaría más que un proyecto de naturaleza científico literaria me sorprenda. Y, como la física cuántica desafía todas las posibilidades existentes, no pierdo las esperanzas.