En el marketing de contenidos —como en la vida misma— la estrategia para alcanzar el éxito en Internet debe diseñarse desde el pensamiento sistémico. La vasta red de redes no es más —¡ni menos!— que una complejísima trama de hilos infinitos con millones de tejedores que la modifican constantemente; para dar una puntada habrá de tenerse en cuenta la mayor cantidad posible de variables intervinientes. Una de esas variables es, sin dudas, la audiencia; es decir, el conjunto de las personas que de algún modo visitan tu sitio web, analizan las descripciones de tus productos o se interesan por las experiencias que comentas en tu blog.
«Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonía?»
Jorge Luis Borges, Ajedrez
Si uno de tus mayores deseos es que los internautas lleguen a tu sitio web, lo visiten con asiduidad y, sobre todo, compren tus productos, la correcta definición de la audiencia que leerá tus contenidos es, ciertamente, uno de los hilos primordiales. ¿De qué podrá servirte publicar un precioso artículo sobre el inigualable placer de saborear un Johnnie Walker Double Black bajo la luna llena en medio de una noche de pesca frente a un lago en Bariloche, si quienes llegan hasta tu negocio virtual de bebidas alcohólicas son, en su gran mayoría, adultos jóvenes de 22 a 35 años —con un interesante porcentaje femenino— amantes del cuarteto cordobés? Obviamente, aunque en tu negocio online ofrezcas las mejores marcas de whisky del planeta y por más placentera que resulte, no es exactamente esa la experiencia a compartir.
Para lograr el éxito en Internet con las tan ansiadas conversiones y dejar definitivamente de lado las visitas estériles, conocer perfectamente las características de tu audiencia es vital. Quizás tú, que en este mismo instante estás leyendo este artículo, ya has determinado las características de tu público objetivo a través una investigación propia, comentarios de clientes o eficaces herramientas tales como Google Analytics y demás. Ahora, ten muy en cuenta que nosotros, los redactores de contenidos, debemos también estar al tanto de las peculiaridades de ese público para adecuar el texto a quien realmente debe dirigírselo; lógicamente, a aquella persona que finalmente compre tu producto.
¿Cómo potenciar las virtudes de una estrategia de marketing de contenidos para alcanzar el éxito en Internet?
Muy sencillo: piensa, pues, con esa maravillosa visión del todo —propia del pensamiento sistémico— que poseen los excelentes jugadores de ajedrez.
Tres sugerencias:
- Observa la trama completa.
- No descuides los hilos primordiales.
- Brinda a tu redactor de contenidos información relevante y pertinente.