Desde el día en que decidí iniciar mi camino en la redacción profesional, he redactado miles de encargos de las más variadas temáticas.
En cada uno de ellos he aprendido algo nuevo: la brevedad y el positivismo de los textos comerciales, la precisión y la objetividad en los informativos, el exacto toque literario para algunos artículos.
He escrito textos para cada una de las pestañas de los sitios web más variopintos. Descripciones de productos, reseñas, landing pages, notas de prensa, artículos para blog de toda clase y mucho más.
Todo me agrada. Las veces en que no me gusta tanto el trabajo, me adapto, porque de eso se trata el oficio del redactor freelance.
Sin embargo, si hay algo que verdaderamente me llena de entusiasmo y de energía es cuando algún cliente me contacta para la redacción de una historia de vida. En estos casos, las palabras vuelan y mi motivación alcanza niveles de imaginación y de energía inesperados.
Redacción servicio: una gran satisfacción personal
Nada me gusta más que recibir el mensaje de alguien que desea contar una experiencia personal, una historia de superación y de esperanza con el objeto de ayudar a otras personas que se encuentren pasando por una situación similar. A esto, yo le llamo redacción servicio.
Generalmente, esta maravillosa posibilidad llega desde un correo electrónico de alguien que se ha topado con Borgestrategia o con mi perfil en LinkedIn y, entonces, me contacta para la redacción de un texto con tales características.
A diferencia de otros clientes que escanean mis escritos buscando la correcta posición de las palabras clave o un convincente llamado a la acción —lo cual está perfecto, por supuesto—, estos son clientes persona. Clientes que dejan en mis manos parte de su historia y que confían en mí la transmisión de su sentir y pensamiento.
La retroalimentación que recibo de esta clase de clientes no tiene parangón: mensajes de wasap que me agradecen tal o cual fragmento, felicitaciones por haber plasmado una sensación en particular.
A veces, recibo revisiones marcadas con un ¡excelente! que me llena el alma, porque eso significa que he tocado su corazón con las palabras justas, esas que quizás a mi cliente le resultan más complicadas de encontrar.
Cuando trabajo en un proyecto de esta naturaleza, un proyecto de redacción servicio, siento que de verdad estoy sumando mi granito de arena para que algo sea mejor en este mundo.
2 thoughts on “Cuando la redacción profesional se convierte en redacción servicio”
Totalmente de acuerdo!
¡Gracias, Elena! Así lo siento, como una oportunidad para el enriquecimiento personal. ¡Besos!